Rajoy buscará el voto musulmán

Algún día tenía que suceder:

Mariano Rajoy quiere establecer una relación de cooperación con los diversos colectivos musulmanes que existen en España. Los necesita para ganar las elecciones.

P. B. Los musulmanes también votan. Y su voto puede determinar, en un futuro no muy lejano, el resultado de unas elecciones generales en España. El PSOE tomó nota de esa realidad hace ya bastante tiempo. De ahí sus campañas de adulación a imanes y colectivos islámicos. Campañas que dieron algunos frutos. Tal vez podridos, sí, pero frutos a fin de cuentas.

El portavoz de la Junta Islámica, Yusuf Fernández, pedía hace unos meses a los musulmanes residentes en España (casi un millón de almas) que no votasen a Mariano Rajoy. Yusuf calificó a Rajoy de enemigo de la fe islámica. Aquellos comentarios promovieron el regocijo en Ferraz y dejaron constancia del extraño noviazgo entre socialistas y siervos de Alá.

Más cooperación

Rajoy, desde luego, no perdió las últimas elecciones legislativas por la supuesta hostilidad de la comunidad musulmana al centroderecha. Lo que sí es cierto es que una nutrida camada de votos con turbante y chilaba fue a parar a los capachos de Zapatero, el hombre que sueña con Lawrence de Arabia y Dalton Trumbo. El PP pretende ahora darle la vuelta al cuscús. Según fuentes de Génova, Rajoy ha ordenado a su equipo que desarrolle una estrategia de aproximación a los colectivos islámicos españoles más influyentes con el propósito de inaugurar, si es posible, una relación de cooperación entre el PP y los distintos clanes musulmanes. «Hay que empezar a trabajar para las próximas elecciones generales. Si queremos ganar, tendremos que transmitir una imagen de partido más receptivo y abierto a los votantes de otras confesiones, que cada vez son más», explica un alto dirigente del PP europeo.

«Mucha gente piensa que tenemos islamofobia -agrega esta fuente-. Esa impresión la amplifica el PSOE con su demagogia. Por eso hay que trabajar duro, para demostrar a la ciudadanía que no sentimos animadversión hacia ninguna religión que no sea la católica. Eso tampoco significa que debamos renunciar a nuestro contenido cristiano y liberal. Todo lo contrario: significa que debemos acoger a todas las personas que crean en el Estado de Derecho, independientemente del Dios o de la creencia que guíe sus vidas. Si algunos no entienden esto, es mejor que hagan las maletas y que se vayan a su casa. Aquí necesitamos ganadores, no perdedores del siglo pasado».

Un portavoz de la Junta Islámica consultado por LA GACETA confía en que «el PP haga autocrítica y empiece a ver a los musulmanes españoles como una comunidad necesaria para la construcción de la democracia española del tercer milenio». La carrera para llegar a La Moncloa ya ha empezado en Génova. Rajoy tratará de entusiasmarse con esta tarea y procurará que no le resulte un coñazo.

Je. Pobre hombre. Ni aunque haga el pino en los mítines. ¿No queda ningún peperoni con dos dedos de frente que le diga que, además, va a destruir el partido?