Me referí hace un par de días al varapalo judicial que el ayuntamiento de Sevilla ha recibido del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por su pretensión ilegal de donar espacio público a un grupo musulmán turbiamente financiado para construir una mega mezquita en un barrio sin musulmanes: Mezquita de los Bermejales, punto final: El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía califica de fraude urbanístico el intento de cesión de suelo para la mezquita
Leo ahora que el ayuntamiento tampoco podrá donar terrenos en el Parque Empresarias de La Cartuja. El ABC -imagino que porque tiene una edición sevillana- lo ha tratado con esmero:
Esto era el viernes 17:
El día 18 el ayuntamiento claudica.
Pues sí, para ese viaje no hacían falta tantas alforjas. En cualquier caso, se han ganado el agradecimiento de los musulmanes, y los seguirán intentando. Espero que se hayan ganado también el desprecio de los españoles católicos y sobre todo de los laicos. ¿No?
No, no estoy tan seguro de esto. Prestad atención al tratamiento que recibe en El País progrilaico. Los títulos son un poema:
La mezquita de Sevilla se queda otra vez sin suelo por un error municipal. ¿Y cómo es eso?
Si los expertos en derecho dictaminan que la sentencia impide construir la mezquita en cualquier SIPS público está no podrá hacerse tampoco en otra parcela de la Cartuja ya que, según el edil de Urbanismo, todos los suelos de la isla tienen esta calificación. «En la Cartuja no hay otro suelo posible», segura el concejal. Hasta ahora, la construcción de edificios religiosos no ha estado sometida a este condicionante, aunque, según Gómez de Celis, tras la última revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) todos los terrenos sobre los que existían edificaciones de este tipo se calificaron como SIPS privado.
Vaya. El «error» son los intentos repetidos de cesión ilegal de suelo público.
El caso de la mezquita de Sevilla perjudica a todas las confesiones. ¡Juas!. ¡Lo que ven mis ojos, El País defensor de las religiones!
Solo por leer ese titular doy las GRACIAS a todos los que se han opuesto a esta concesión tan poco laica de un Ayuntamiento «de progreso».
Para acabar con el asunto: «Cartuja 93 no necesita mezquita ni catedral»
Lo que sí asegura el Ayuntamiento es que si finalmente se opta por volver a cambiar la ubicación, no habrá tenido nada que ver la presión de los empresarios y los gestores del parque tecnológico Cartuja 93 que, en su mayoría, se oponen a que se levante allí la mezquita. El último en pronunciarse ha sido su presidente, Isaías Pérez Saldaña, quien el miércoles se manifestó claramente en contra del proyecto. «El parque no necesita ni una mezquita ni una catedral, sino un aparcamiento», aseguró.
Una frase con la que es difícil estar en desacuerdo y que remata el asunto.