Continúo con el ensayo
El 3. de febrero del 2006 fué llamado «El día de la ira«. En todas partes donde habitan musulmanes las caricaturas fueron tema del rezo del viernes. Milliones de musulmanes, que ni siquiera saben dónde está Dinamarca, demostraron contra la difamación del profeta, inflamados por los imanes, que coincidían todos en su agenda de predica. En Damasco se quemaron las embajadas de Dinamarca y Noruega, en Beirut la embajada de Dinamarca, en Teheran se tiraron bombas incendiarias en las oficinas consulares de Dinamarca, en Nigeria se quemaron banderas dinamarquesas y noruegas, lo mismo en Argelia.
Mientras que antes el incendio de una embajada, era de acuerdo a las leyes internacionales, el equivalente a una declaración de guerra, ahora los países afectados se esforzaban en una «de-escalación» de la violencia. Las víctimas se esforzaron en sumisón y le pidieron a los autores benevolencia . No provocar mas era la consigna. Los alienados pueden volverse muy malos!
La protesta por las caricaturas fué una tormenta en un vaso de agua, subjetivamente fué una demostración en el campo de la «lucha entre culturas», una prueba para cuando la lucha sea en serio. Los musulmanes demostraron, cuan rápido se pueden movilizar y el occidente libre ha demostrado que no tiéne otra forma de encarar a la ofensiva islámica que no sea con miedo, cobardía y preocupación por su balanza comercial. Ahora los islamistas ya saben que enfrente tienen a un tigre de papel, con rugidos provienentes de una cinta de grabación.
Igual cuan diferentes fueron las reacciones en occidente, todas coincidieron en demostrar el sentimiento de impotencia, ante la situación. Pensadores críticos que ayer coincidían con Marx en que la religión » es el opio del pueblo» encontraron de pronto que había que ser responsables y respetar los sentimientos religiosos, especialmente cuando éstos se expresan mediante actos de violencia. Los representantes de la apertura social reaccionaron como isleños a quienes les azota un huracán y ante la indefensíón frente a la fuerza de la naturaleza, blindan su casa, clavan puertas y ventanas y esperan a que pase la tormenta. La diferencia reside en que aquello que es la única opción correcta para una catastrofe natural, ante el fundamentalismo religioso, conduce a que éstos se reafirmen cada vez con mas convicción en sus creencias y en su imposoción por la violencia, porque por la otra parte no encuentran ninguna resistencia. Con bastante razón los musulmanes encuentran a occidente, débil , decadente e indefenso.
Quien como respuesta a la toma de rehenes, a la decapitación, a las masacres contra los de creencias diferentes, a explosiones de histeria colectivas, responde con el llamamiento a un «Dialogo de las culturas» , no se merece algo mejor.
Según el picoanalista Horst-Eberhard Richter, occidente debe evitar cualquier expresión o actitud que empeore el sentimiento de inferioridad y de humillación de estos pueblos «debemos respetar mas su identidad cultural … para los musulmanes es importante, ser reconocidos como de igual valor que nosotros ..» Lo que necesitan los islamistas es un dialogo entre socios, de igual a igual.
Me pregunto: cómo se vería dialogar de igual a igual con ellos? Richter no lo aclara.
Se me ocurren algunas propuestas:
Podríamos comenzar con disponer la separación entre hombres y mujeres en los autobuses como se practica en Arabia saudí? Tendríamos que bajar la edad de matrimonio para las niñas a doce años como en Iran? Implantar la lapidación para la infidelidad femenina en el matrimonio, tal como está dispuesto en la Scharía?
Qué más puede hacer , occidente, para demostrar su respeto por la cultura islámica? Le alcanzaría a Horst-Eberhard Richter por ejemplo un análisis caso por caso, para decidir cuando algo es una provocación o cuando no lo es?
Por ejemplo cada vez que Herne encuentre un eslogan para sus camisetas debería preguntarle a los creyentes musulmanes en Islamabad si se sienten humillados o descorazonados por la frase elegida ?
La discusión sobre que «provocaciones» deberemos deshechar nosotros para que ellos no se sientan insultados nos conduce directamente al reino del absurdo:
Los judíos dogmaticos deberían exigir a los no judíos que renuncien a comer carne de cerdo ? y amenazar con sanciones si estas exigencias no se cumplen? Los hindúes deberían disparar como locos por las calles e incendiar todo lo que encuentran a su pazo porque en Holanda no se acepta ni se reconoce la santidad de las vacas?
Quien le otorgue el derecho a los musumanes, de disgustarse porque los dinamarqueses no respetan una prohibición islámica (la representación gráfica de Mahoma), de la cual ni siquiera se ha establecido con certeza el que ésta en realidad exista, debe responder a las preguntas de mas arriba con un claro SI.
Y tambien debe permitir por ejemplo, a los analfabetos destruir las librerías por sentirse humillados por los libros que allí se muestran. Ya que en un mundo donde cualquiera tiéne derecho a sentirse ofendido y a reaccionar con violencia ante esa ofensa, debe existir tambien, el derecho de cada uno de decidir qué se puede tomar como provocación y qué no.
Lo lejos que puede llegar la negación de la realidad quedó claro en una predica salida en la emisión´de «Wort zum Sonntag»(Prédica del domingo) el 11. 2. 2006 por TV y expresada por el Pastor Burkhard Müller.
«El Islam es una religión grandiosa», dijo el «hombre de Dios» minutos despues de que en el noticiario habían mostrado banderas quemandose, embajadas destruídas por el fuego y gritos de «muerte al infiel» .
De dónde proviene este empecinamiento en mentir sobre los hechos, en torcerlos, para ocultar la verdadera visión de la realidad?
Del miedo. El miedo es mal consejero pero es la mejor forma de educar a las masas «castiga a uno y educa a cien» fué el lema de Mao y con ayuda de ese lema construyó su poder.
No es el respeto por la otra cultura lo que mueve la conducta el ser humano de nuestra sociedad, sino el reconocer la desmezura y la falta de respeto de los fanáticos, con quienes debe tratar. Cuanto mas salvajes y brutales se manifiesten consiguen mas audiencia y respeto. Se trate del sendero en el barrio de vecinos o de una cultura diferente, no hay diferencias significativas en nuestra actitud, normalmente nos hacemos a un lado del uso e la violencia y tratamos de evitarla.
continúa