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Sobre la transformación de Europa en Eurabia y la Tercera Yijad

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El inevitable declinar de Europa

Posted by Manning en 22/May/2006

En Nuevo Digital reseñan el libro del historiador Niall Ferguson, The War of The World, que no se muestra muy optimista respecto al futuro de Occidente en general y de Europa en particular. Y más concretamente, de España:

“Hace cien años, Occidente mandaba en el mundo como resultado de siglos de conquistas y colonizaciones. Ahora poco queda del imperialismo occidental más allá de la declinante presencia militar de Estados Unidos en el Medio Este y en Asia. Entonces, la frontera entre Occidente y Oriente estaba localizada en algún punto en las proximidades de Bosnia-Herzegovina. Ahora parece pasar por cada ciudad europea (…). El frágil equilibrio de la civilización puede colapsar muy rápidamente incluso donde los diferentes grupos étnicos parecen bien integrados”.

Son palabras del historiador Niall Ferguson en su nuevo estudio ‘The War of the World”, disponible en las librerías británicas a partir del 1 de junio, pero en el que ya se ha basado una serie de televisión cuya emisión coincidirá en el Reino Unido con la aparición del libro. La “inundación” de España por emigrantes ilegales africanos, según la expresión utilizada por el habitualmente frío The Times, coincide con la aparición del estudio de Ferguson que recuerda cómo, frente a las tasas reproductivas de los países islámicos o de las familias islámicas en Occidente, “los europeos, dicho en pocas palabras, han dejado de reproducirse a sí mismos”.

En este sentido, según el historiador británico, España se encuentra en la avanzadilla de la creación de una “Eurabia” que sustituirá a la actual civilización europea laica y democrática, y que ya ha comenzado a desarrollarse con la "colonización" de amplias zonas del territorio español.

Hace poco, traíamos aquí un artículo de Fjordman, en el que ofrecía varios posibles escenarios a causa de la agresión/invasión musulmana. Ferguson, al parecer, no muestra ninguna conclusión concreta -aunque se pueda intuir una posible guerra civil europea- pero su análisis es ciertamente inquietante:

“La profecía del historiador Bernard Lewis de que los musulmanes serán mayoría en Europa a finales del Siglo XXI pude haber ido demasiado lejos, pero ellos, los musulmanes, podrán sobrepasar en número a los creyentes cristianos, dado el derrumbe de la asistencia a las iglesias y de la fe religiosa en Europa”, continúa el historiador, quien a continuación se introduce en el “resentimiento de parte de lo que podríamos llamar los europeos antiguos” y cómo “periódicamente, la violencia estalla” entre las dos comunidades. “El hecho de que una minoría de los musulmanes europeos –no sólo de primera generación de emigrantes- se haya terminado relacionando con organizaciones extremistas islámicas se añade al antagonismo mutuo”, constata Ferguson.

Por ello, la conclusión que el historiador extrae de este panorama es que “las fuerzas oscuras” que presidieron el extraordinariamente violento Siglo XX podrían continuar activas en el actual aunque con otros actores. Ferguson, que apoyó la intervención occidental en Irak, continúa considerando necesaria la presencia de los ejércitos de ocupación en la zona dado que la incipiente, si no ya abierta, guerra civil entre sunitas y chiítas iraquíes podría contagiarse a los estados vecinos. “¿Y quien puede predecir cuáles serían los efectos de tal ‘Gran Guerra’ del Medio Este en las multiétnicas ciudades de la vecina Europa?”, se pregunta Ferguson a modo de inquietante conclusión abierta.

Tampoco se muestra optimista Rafael Bardají. En su artículo Cuando Europa no sea Occidente, desgrana las claves del declive continental: la apuesta por la economía social de mercado frente al capitalismo salvaje norteamericano, la caída demográfica y la crisis de identidad producto del multiculturalismo. Transcribo aquí la desoladora conclusión, pero lo más jugoso está detrás del enlace:

Ni riqueza, ni valores propios, ni ganas de defenderlos. Eso es lo que le espera a Europa si no se sacude el letargo que la atenaza. Cambio o muerte. Esa es la disyuntiva. Y no se ven signos de cambio ni liderazgo alguno que quiera acometerlo. Ese es el problema. No es de extrañar que el americano de Atlanta, Arkansas o California comience a pensar que tal vez Europa no sea ya lo que era y que no se puede confiar más en ella. Que para aliados ya están los australianos, los japoneses e incluso hasta los indios. Occidente se está reconfigurando en una nueva geografía que apenas roza a algunos europeos. Y este cambio se hará más rápido si, encima, en lugar de frenar este alejamiento se contribuye a él, como hace nuestro actual gobierno buscando la foto con la liga de dictadores y populistas que caracteriza la política exterior española. Con Castro, Chávez y Morales el gobierno se está colocado voluntariamente no se sabe dónde, pero desde luego fuera de lo que queda de Occidente.

El "suicidio demográfico" de Europa, por emplear la expresión de Bardají, es algo que algunos líderes árabes tienen muy claro. Nuevo Digital también recoge algunas declaraciones de Gadafi:

"Tenemos 50 millones de musulmanes en Europa. Hay signos de que Alá concederá la victoria en Europa -sin espadas, sin armas, sin conquistas. Los 50 millones de musulmanes de Europa lo convertirán en un continente musulmán en unas pocas décadas".

"Alá moviliza a la nación musulmana de Turquía, y la añade a la Unión Europea. Esto son otros 50 millones de musulmanes. Habrá 100 millones de musulmanes en Europa. Albania, que es un país musulmán, ya ha entrado en la Unión Europea (sic). Bosnia, que es un país musulmán, ya ha entrado en la Unión Europea (sic). El 50 por ciento de sus ciudadanos son musulmanes".

"Europa está en un aprieto, lo mismo que Estados Unidos. O se hacen musulmanes en el futuro, o declaran la guerra a los musulmanes".

Pues esto es lo que hay. Sólo resta que nuestros políticos se den cuenta de ello.

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