Qué extraño se me hace el caso… Casi no me lo puedo creer, porque la representación de la imagen humana está prohibida por el Corán. Además, sus pinturas son críticas con el Islam. Imagino que se trata de una neoconversa con una considerable desorientación.
Al ejecutar la pintura de una mujer ataviada con el velo y sosteniendo a un cerdo sobre el regazo, la artista Sarah Maple, de 23 años, quería “abrazar varias culturas” a partir de su doble condición de británica y musulmana. Para ciertos sectores de la comunidad islámica, este cuadro y la treintena de obras que la joven promesa expone en una galería londinense, plagadas de referencias irreverentes a la religión y el sexo, representan “un insulto en el nombre del arte”.
Desde luego que como operación de propaganda le ha saluido perfecta. Veremos en qué acaba la cosa.