Visto lo visto, creo que no está nada mal que haya «cismáticos y herejes» que vayan por libre. En numerosas ocasiones, hacen mucho bien a la Cristiandad. Este caso lo muestra. Aquí veíamos que el Vaticano ha firmado una declaración en la que se trata a Mojamé de «Profeta Santo» (Declaración Final del Foro Católico-Musulmán. Vergonzoso ejercicio de autoengaño mutuo.). Cierto, se pone esa expresión en boca de los musulmanes, y en el mismo documento se habla de Cristo como Hijos de Dios, una blasfemia para los musulmanes.
En todo caso, sido una parece iniciativa cuestionable. Aquí nos cuentan algunos detalles bastante feos del contubernio:
Y sin embargo, el padre Botros, un curilla copto, un hereje (aunque ahora ya no se les llama así, justo cuando la calificación no conlleva ningún riesgo), sin más armas que una labia a la altura de esta sociedad mediática y una fe inquebrantable en Cristo (aunque con ideas no ortodoxas sobre su naturaleza humana y otras teologías) muestra a los musulmanes negro sobre blanco que Mojamé no pudo ser un mensajero de Dios. Además lo hace recurriendo al Corán y a otros textos islámicos… Si leéis inglés, no os lo perdías: Life TV’s Zakaria Botros: «Was Muhammad a messenger from God or Satan?: Part I and II…….
No me extraña que sea especialmente odiado, y que haya recibido numerosas amenazas de muerte.