El séptimo centenario de la Batalla de las Navas de Tolosa es una gran efemérides que debemos celebrar a la altura de las circunstancias. Se trata, nada menos, que de la última batalla importante que presentó el invasor norteafricano al bañase de la Reconquista. Tras ella, el final de Alándalus estaba sentenciado, auqneu quedába aún el rabo por desollar.
Se va a celebrar oficialmente. Sin embargo, no es para alegrarse. Como celebrar esa batalla por sí misa hubiera chirriado demasiado en el país de la Alizanza de Civilizaciones, se va a enmascarar celebrandola conjuntamente con el Quinto Centneraio de la incoiorporación de Navarra a la Monarquí española. Es decri, va a acabar entregáda a los secesionistas navarros (Sanz y Molina presiden la constitución de la Comisión Organizadora 2012). Una muestra:
El presidente de Navarra, Miguel Sanz, y el ministro de Cultura, César Antonio Molina, han presidido hoy la constitución de la Comisión Organizadora 2012 que conmemorará el octavo centenario de la batalla de las Navas de Tolosa y el quinto de la conquista de Navarra que dio paso a su incorporación a la Corona de Castilla.
EFE «Dos efemérides importantísimas», ha dicho Sanz, y en las que el Gobierno de España tendrá «presencia espiritual y económica» para «avanzar en el estudio y la reflexión de aquellos acontecimientos históricos, de lo que han supuesto para Navarra, España y Europa, y mirar hacia un futuro que se presenta luminoso a la vez que complejo», según ha precisado el ministro.
Es decir que tenemos «presencia espiritual y económica» (pagamos y nos dejan hablar), pero la protagonista de los hechos es Navarra. La historia dada la vuelta.
El objetivo, ha apuntado Sanz, es diseñar los actos que conmemorarán la batalla de las Navas de Tolosa en julio de 1212 en el norte de Andalucía, una ofensiva cristiana de los reinos de Navarra, Castilla y Aragón frente a las tropas almohades que constituye «un antes y un después» para España, así como la conquista de Navarra en 1512 por parte de las tropas del Duque de Alba, «cuando se conforma el presente de la Navarra foral y española, cuando empieza a entenderse lo que hoy es nuestro régimen foral» con una «plena integración» en la España constitucional.
Lo dicho, se mezclan dos hechos sin más relación histórica que suceder en un año que acaba en 12. Y se presenta Las Navas como si hubiera sido iniciativa de Navarra. La anexión de Navarra fue una «conquista»… Mayor claudicación ante los nacionalistas navarros no cabe:
Y es que el objetivo es «mostrar el perfil de una Navarra activa y diversa, interesada por la historia y por la cultura, que quiere saber más de su propia realidad y quiere compartir con todos esa riqueza del conocimiento, del arte y de la cultura».
Negro sobre blanco. No se trata de conmemorar, sino de m0ntar una operación de propaganda sobre cierta «Navarra activa y diversa» con la excusa de dos centenarios.
De definir las líneas programáticas y mantener los contactos institucionales se ocupará una comisión permanente integrada por siete personas, mientras que la Comisión Organizadora 2012, que preside Sanz y de la que es vocal el ministro de Cultura, coordinará actividades, mantendrá una imagen común y unitaria de la conmemoración y divulgará la historia, el presente y el futuro de Navarra a través de iniciativas propias o de otras entidades.
Lo dicho, el Ministro cede el protagonismo ante el presidente de Navarra. Lo de divulgar el futuro casi da la risa.
También se organizarán congresos y mesas redondas, y se editarán materiales audiovisuales y libros, todo ello con la voluntad de «estudiar e interpretar ambos acontecimientos pero también sus antecedentes y sus consecuencias», según ha señalado el consejero navarro de Cultura, Juan Ramón Corpas, que presidirá la comisión permanente.
Insisto, se trata de la cesión a Navarra de una celebración de la mayor importancia para España y para Europa. Triste. Muy triste.