Así presentaba Gustavo Bueno el libro «Historias de Covadonga» de Ignacio Gracia Noriega, publicado por la Editorial Laria:
«Covadonga es mucho más que un nombre geográfico, que un topónimo. Lo importante de la historia no es lo que ocurrió en el pasado, sino las consecuencias del hecho, el futuro perfecto. Y desde la perspectiva de esas consecuencias, Covadonga es el fundamento de España».
Más:
«Historias de Covadonga» resume el santuario desde todos los puntos de vista: histórico, geográfico y simbólico, entre otros. Lleva prólogo del propio profesor Bueno, quien ayer lanzó una frase para la reflexión: «El mejor test para conocer el grado de desprecio de una persona hacia España es ver cómo se plantea Covadonga».
Aquí puedes leer una reseña de la presentación del libro: Bueno: «Covadonga es importante no por los hechos sino por las consecuencias»
Y aquí está la introducción del libro, de la pluma de Gustavo Bueno: Covadonga, la Cueva y la Batalla
La batalla de Covadonga –tal es la tesis que se defiende paladinamente en este libro, y que por supuesto compartimos plenamente– fue el punto de partida de la «España española» –como algo distinto de la Hispania romana o de la Hispania visigoda–. El punto de partida de una España llamada además a desbordar los mismos límites peninsulares de las Hispanias antiguas, para extenderse por todo el mundo, y dar lugar al español, como «lengua del Imperio», y todo lo que ella envuelve.
Concluye así:
Podemos felicitarnos, como lectores, de la publicación de este libro de Ignacio Gracia Noriega. Estamos ante un «gran relato» enciclopédico, que absorbemos casi sin advertirlo, gracias a la virtud de una envidiable prosa al servicio de unos conceptos claros y distintos, y de unos juicios históricos maduros y certeros.