La Fundación Athena Intelligence, un prestigioso observatorio español especializado en terrorismo islamista, acaba de publicar un trabajo de campo sobre la radicalización yihadista en las cárceles españolas que subraya la existencia de grupos organizados jerárquicamente que llevan a cabo procesos de captación de reclusos musulmanes, al tiempo que denuncia la ausencia de controles efectivos por parte de las autoridades penitenciarias.
El estudio se basa en una exhaustiva encuesta de las observaciones de 192 funcionarios de 25 centros penitenciarios, todos ellos, con una elevada concentración de población reclusa de fe musulmana. De las contestaciones de los controladores se han extraído patrones de comportamiento de los convictos que permiten a los expertos de Athena Intelligence concluir que las cárceles constituyen en estos momentos un peligroso foco de proselitismo islamista.
Así, de la encuesta se desprende que la mayoría de los reclusos musulmanes no mantienen contacto con el resto de internos; crean grupos autónomos que proveen apoyo a los recién llegados; no condenan abiertamente las acciones terroristas de los yihadistas; admiran a los condenados por terrorismo; participan en actividades de adoctrinamiento político-religioso; y son controlados por un líder que ejerce sobre ellos la máxima autoridad. “El hermetismo grupal observado en el colectivo de presos musulmanes es muy elevado, siendo la comunicación social con los grupos de presos no musulmanes muy reducida y mostrando una identidad claramente diferenciada, sobre todo, en las prisiones con alta concentración de musulmanes y presencia de yihadistas”, sostiene el documento. La situación es especialmente delicada en cuatro de los centros estudiados, Topas, Alama, Almería y Castellón, donde hay más de 250 presos musulmanes y un mínimo de cuatro condenados por terrorismo islamista.
“Los resultados parecen indicar que en las prisiones donde se ha realizado el estudio se dan las suficientes condiciones psicosociales y contextuales como para que se puedan producir procesos de radicalización yihadista”, concluye el informe. “Existe una actitud positiva hacia actos violentos perpetrados por los líderes yihadistas y sus idearios terroristas”.
El documento pone especial atención en describir cómo el periodo de aterrizaje en el centro penitenciario de un recién llegado es especialmente propicio para su captación, por la desorientación y la crisis identitaria que experimenta. “Los nuevos reclusos musulmanes se sienten atraídos y rápidamente asimilados por los grupos musulmanes ya existentes, por lo que en el seno de los mismos se podrían estar aplicando estrategias de apoyo social y adoctrinamiento islamista favorables para el desarrollo de actitudes fanáticas”.
Alta movilidad
En conjunto, tras analizar las observaciones de los funcionarios encuestados, el estudio concluye que los reclusos musulmanes de las cárceles españolas tienen la cohesión, la organización jerárquica, la identidad grupal y la legitimación del terrorismo necesaria para estar actuando como un auténtico vivero de yihadistas, que incluso pueden salir de prisión con formación militar suficiente para ejecutar atentados.
El riesgo aumenta por la falta de controles de los imanes, asesores espirituales y centenares de organizaciones no gubernamentales que entran a las prisiones para prestar apoyo a los reclusos, unas figuras reconocidas por la legislación pero sospechosas de ser utilizadas como tapadera por elementos radicales con el fin de promover el fanatismo religioso en los centros penitenciarios. Otros factores, como la gran rotación de los internos a través de cárceles y módulos y sus continuas entradas y salidas de prisión facilitan, según el informe, “el desarrollo de amplias