Coplillas antiislámicas

O romances, no sé. Nos las deja Muab-bid:

El Corán dice :”Matar”
si no me creen El Profeta
y si me hacen la puñeta
“enterrarlos en el Mar”.
Y buen caso que le hicieron
al pedazo de animal
que juró que hacer el mal
fué la Orden que le dieron,
Yo no sé si le creyeron,
pero esa instrucción letal
fué cumplida hasta el final;
¡a saber los que murieron!.
Jesús nos dice. “perdona,
dispón la mejilla sana..”;
la cruel sociedad romana
le ciñó, al fin, la corona,
más cuatro siglos pasaron
antes de hacerlo oficial.
¿Parecen los dos igual?
¿Dónde dicen que estudiaron?.
Se empecinan en no ver
que el juego ha cambiado mucho,
las izquierdas que hoy escucho
no son las que escuchaba ayer.
Antes aullaban :¡¡”Machistas”!!
por seguir tu educación,
y hoy no prestan atención
a esos usos islamistas
-y aún se dicen feministas!-
pues es la “civilización”
que quieren en la coalición
de fuerzas tan “progresistas”
que niegan a las mujeres
sus evidentes derechos;
-en esos esquemas estrechos
sólo cuentan sus deberes-.
Ellos pueden, si se ofenden,
quemar seis mil embajadas,
vengar creencias vejadas
ese “derecho”, lo entienden.
Y las izquierdas pretenden,
ya en poltronas instaladas,
que esas turbas encegadas
nuestra libertad defienden.
Si publicar un dibujo
es causa de tal revuelo,
¿cómo ha ser ese “Cielo”,
que tal reacción produjo?,
¿y cómo la mente que indujo
a matar por un camelo?.
¿Dónde ha de acabar el vuelo
de tanto aprendiz de brujo
que culpa al que usó la pluma
y a las hordas subvenciona?.
¡Esta izquierda evoluciona
tan firme como la espuma!.

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Con su usual inanidad
los genios del izquierdismo
nos venden que el islamismo
es tal cual la cristiandad-
Pues aunque fuera verdad
y fueran los dos lo mismo
ni avanzan al mismo ritmo
ni tienen la misma edad
ni sus logros son iguales
ni sus valores parejos
ni sus principios legales
se parecen ni de lejos.
sus normas son criminales
¿igualdad?: humo y espejos.
Humo siempre de un color
lo que les lleva a decir
sin importarles mentir
que una tiple es un tenor,
¡porque hace falta valor!
para afirmar que, al salir
a interpretar y fingir
ambos cantando al amor,
no hay ninguna diferencia
en los tonos de sus voces.
Nos mienten con indecencia
ignorando la evidencia
de los crímenes atroces
de esa chusma sin conciencia
del afan de alianzar
nos lleven a algún lugar
-o a algun lugar deseable-,
se empìezan a despertar
y en vigilia es razonable
que de esa deidad intratable
que nos quiere eliminar
aquí nunca más se hable.
Y como no puede durar
esta situación demente,
porque cada vez más gente
empieza ya a sospechar
procediendo a cuestionar
que resulte inteligente
confiar en que esa entente

* * * * *

Es un honor tener poetas entre nuestros lectores.