Está la blogosfera cristiano-derechista muy excitada con la nueva ley del aborto que, dice la Vicevogue, trata de “promover la maternidad responsable”. Por ejemplo para que no nazcan mongólicos, como insinúa El Pais y aplaudiría Adolfo Hitler.
Deberían darse una vuelta por casa estos chicos. Por ejemplo, deberían dar un repaso a la Red de Madres de la Comunidad de Madrid. Pincha en el fonendo y vete al final de la página:

Es decir, se trata de una clínica abortista, por si las recomendaciones anteriores fallan.
Que se desengañen nuestros cristo-derechistas: eso mismo que propone la ViceVogue lo ha puesto ya en práctica Esperanza Aguirre hace tiempo. Lo ha hecho, ciertamente, con buenas maneras, con disimulo, con ese encanto discreto de la aristocracia. No es de extrañar. Esperanza Aguirre es una condesa con dinero viejo, y la otra una petarda que aun a su edad no ha aprendido, ni lo hará, a ser elegante sin ser estridente. Pero no hay ninguna otra diferencia. Al menos yo no la veo.