Multiculturalismo en estado puro:
Un devoto musulmán ha sido condenado en Reino Unido por crueldad infantil en una decisión inédita hasta la fecha por haber forzado en enero de 2007 a dos menores de 13 y 15 años a flagelarse durante una ceremonia religiosa chií en la que también se azotó a sí mismo.
La decisión, la primera de la Justicia británica en esta materia, fue adoptada por un jurado del Tribunal de Manchester que resolvió dos condenas para Syed Mustafa Zaidi, de 44 años, ya que aunque los adolescentes admitieron haber querido flagelarse, no bajo coacción ni con el látigo de cadenas y cuchillas que les entregó el acusado.
En este sentido, el autocastigo no era ajeno para ellos, puesto que desde los seis años lo habían practicado en Pakistán con un instrumento de menor tamaño, si bien el acusado negó cualquier mal comportamiento por su parte en base a que es «parte» de su religión.
«Era un momento emotivo y los niños estaban felices de que se les pidiese», declaró, tras lo que subrayó que «nadie forzó a nadie».
Según explicó, había preguntado a los jóvenes si querían flagelarse y reconoció haberles permitido usar el látigo afilado en la ceremonia celebrada con motivo del primer mes del calendario islámico, en la que, con la restringida asistencia de hombres, se conmemora la muerte y el martirio de la figura más importante de la corriente chií.
Sin embargo, los menores aseguraron que a la apelación «empieza a hacerlo» que les trasladó Zaidi, ellos respondieron: «No queremos», pese a lo que, tras limpiarse su propia sangre del látigo, el hombre los «empujó» y acusó por su negativa asegurando a los asistentes: «Este es un momento triste y mirad, no lo están haciendo».
Así, añadieron que mantuvo su empeño y obligó al de 15 años a quitarse la camiseta con un «simplemente hazlo, simplemente hazlo», tras lo que el menor comenzó y, tras dos latigazos, alegó que no quería continuar. Finalmente, los menores acabaron con múltiples laceraciones en la espalda, la mayoría superficiales, y numerosos cortes más profundos.
Al respecto, Zaidi, de profesión supervisor de almacén, subrayó que «de haber sabido que éste sería el resultado de romper la ley, nunca lo habría hecho», antes de conocer sus condenas por crueldad infantil, que le acarrearán una sentencia que conocerá el próximo 24 de septiembre.
La ceremonia en la que se produjo el suceso es emitida por los canales satélites de televisión y una grabación de la de enero de 2007 fue proyectada en el juicio, donde se podía ver a Zaidi flagelarse hasta que su espalda quedó empapada en sangre y cortada, mientras otros participantes lo imitaban con otros instrumentos y algunos coreaban el nombre de su líder y se golpeaban en el pecho.
En todo caso, si se hizo en público y con cámaras, no creo que fueran obligados.