Da gusto leer cosas como esta:
Henningsen y Cañas: el primero era caucásico, el segundo “mestizo”; el primero, escritor y poeta, el segundo sólo militar; el primero hombre de mundo, políglota y muy viajado, el segundo, más o menos pueblerino. Pero las diferencias sustanciales eran que el primero no estaba dispuesto a morir por nada, murió plácidamente en su cama a los 62 años, el segundo sí que estaba dispuesto y murió fusilado a los 51 años. El primero luchaba por lo ajeno, el segundo luchaba por lo propio: por nosotros, sus tataranietos.
Cómo me gustan estas historias bélicas de “españoles de ambos hemisferios” resistiendo los embates de los agentes de la Protesta. Aunque este debió de ser un tanto curioso, pues luchó en España con los tradicionalistas y contra los liberales y masones nacionales, siempre al servicio de Su Graciosa Majestad y Cabeza de la Iglesia de Inglaterra.
I believe in Rhett Butler, he’s the only cause I know (en español)