El caso de nuestra cooperante horrorizadita es un retrato de la hipocresía nuestra Vicevogue: No se puede predicar el multiculturalismo en España y horrorizarse de sus consecuencias. Ha sido tratado abundantemente en la blogosfera, así que me referiré a un aspecto que no creo que haya sido puesto en evidencia: si hay alguien que tiene derecho a declararse horrorizado por las prácticas sexuales y matrimoniales del otro es el polígamo: la poligamia es una práctica generalizable y sostenible, la homosexualidad NO lo es.
La poligamia es una institución matrimonial socialmente sostenible; se puede generalizarse a toda la sociedad sin que esta se derrumbe; lo demuestran muchas culturas que llevan miles de años practicándola. La homosexualidad no es una práctica matrimonial generalizable, frente a lo que pretenden hacernos creer quienes la han institucionalizado: llevaría a la desaparición de las sociedades que lo hicieran. ¿De verdad entienden los evolucionistas las implicaciones de esa teoría?
La homosexualidad como conducta individual es un mal que hay que tolerar, pero nunca promover, menos aún institucionalizar equiparándola al matrimonio. Por eso, si alguien tiene derecho a “sentirse horrorizado” es nuestro polígamo.