Es falso, pero vistos los antecedentes de Mari Tere es más que verosímil.
Aquí comentábamos que los clásicos son un arma excelente contra la corrección política que nos ha invadido. Ponen de manifiesto la cursilería cobarde de nuestros actuales señores. Por eso los intelectuales del régimen dedican tantos esfuerzos a “deconstruirlos”.
Aquí tenéis el libreto de la ópera, y aquí una pequeña muestra de frases de Aída llenas de talante:
Ya Tebas ha tomado las armas
y por sus cien puertas
se volcará sobre
el bárbaro invasor,
guerreando y dándole muerte.
¡Guerra, guerra, guerra!
¡Tremenda, inexorable!
Dirígete, ¡oh, guerrero!,
al templo de Vulcano.
Cíñete las armas sagradas
y vuela hacia la victoria.
¡Vamos! Corred hasta las sagradas
orillas del Nilo, héroes egipcios;
que de todos los corazones
prorrumpa el grito:
¡guerra y muerte al extranjero!
En las sagradas orillas del Nilo
nuestros pechos formen barrera;
que resuene un único grito:
¡guerra y muerte al extranjero!
¡Guerra, guerra! ¡Exterminio!
¡Exterminio al invasor!, etc.
Más: esta ópera fue un encargo del Jedive de Egipto, Ismael Pasha, quien pidió a Verdi que compusiese un himno para la inauguración del Canal de Suez. Eran los tiempos en que Europa se sentía fuerte y colonizaba demográfica, militar y culturalmente al resto del mundo.
No hay porqué sentirse culpables de nada, especialmente tras presenciar el espectáculo que han dado cuando les han dejado solos.