La universidad de Kabul, financiada en un 90% por nosotros, tiene estudiantes talibanes

Toma ya. A ver si los supremacistas ideológicos se tiran de la moto de una vez y se dejan de invadir desiertos lejanos para llevarles la «democracia» y el «imperio de la ley». Lo que necesitamos es defender nuestras fronteras y echar a los terroristas e indeseables que tenemos dentro. Punto:

To his professors and peers at Kabul University, Abdul is the epitome of a model student.

The 21-year-old law undergraduate takes copious notes in class, always finishes assignments on time and hopes to become a teacher when he graduates.

What they do not know is that when class is over he spends his time on less wholesome activities – watching videos of bomb attacks on American troops and plotting to overthrow the Afghan Government.

Abdul is not just a Taleban sympathiser: he is a member of a secret Taleban cell at Kabul University that claims several hundred members and is a worrying new sign of the movement’s expanding influence.

De aquí, por aquí.

Plaza de España: Fotos de la protesta contra Ajmadineya

En realidad Piazza di Spagna en Roma… donde ha ido a una reunión de la FAO a decir que en los países gobernados por presidentes monoteístas y puros no se pasa hambre…

Pincha para ver más.

Marruecos se «moderniza»: Cabaré y movida 100% halal

La Vanguardia nos cuenta lo del cabaré: Un cabaret adaptado al islam. Ojo a la advertencia: “Las faldas se han alargado, todo lleva forro y el cancán se hace con pantalones”.

Vaya hombre. Yo que me esperaba encontrar al menos en el cabaré el Marruecos “alegre y faldicorto”… Habrá que esperar. Lo del forro no lo he entendido. ¿Algún modisto o modista entre los lectores?

Por su parte, El Periódico (¿será coincidencia o es que la prensa catalana nos quiere vender Marruecos?) se descuelga con La movida en tierras del islam, en el que nos informa de que en el cortijo de Mojamé VI están surgiendo freaks de distinto pelaje:

En los últimos 10 años algo ocurre, aunque muy lentamente, en este país: la irrupción de la Nayda, la movida marroquí, en tierra del islam. Su impulsor: un joven de metro y medio, pelo rapado y ligero bigote. Un piercing pende de su ceja derecha, y cambia de color cada minuto. Como Momo, un puñado de jóvenes creen en la fusión, en lo metal, electro y otras extravagancias musicales. Confían en la música urbana, y en su capacidad de denuncia.

Pues me parece bien, a ver si se anima la esteril movida española y se va también a Marruecos a predicar.