Arabia Saudita: Barbero podría ser condenado a muerte por blasfemar

   Nos informa Crispal sobre un barbero turco detenido en Arabia Saudita por blasfemar. Lleva 13 meses en la cárcel y arriesga la pena de muerte:

Según la prensa turca el barbero, Sabri Bogday, tuvo una discusión con un vecino, un sastre egipcio, y fue arrestado por la policía después de que el sastre le denunciara por blasfemar contra Dios. Bogday lleva al parecer 13 meses en la cárcel y su acusador ha desaparecido.

Abdul Rahman Al-Lahem, un abogado de Riyadh, dice que en estos casos la decisión de los jueces depende de la propia interpretación que haga cada juez de la ley islámica (Sharía).

“Algunos jueces lo consideran herejía y falta de fidelidad, y dicen que el acusado no se puede arrepentir y se enfrenta a la pena de muerte. Otros piensan que la declaración significa falta de fe, lo que permitiría al acusado arrepentirse de lo dicho y quedar libre», dijo Al-Lahem.

[…] Hasan Al-Malki, investigador saudí experto en estudios islámicos e historia, dijo que si un musulmán rechazara el Islam y luego se arrepintiera, su arrepentimiento sería válido. «Entonces parece lógico que a los musulmanes que hacen bromas o blasfeman contra Allah o el Profeta (que la paz sea sobre él) y luego se arrepienten se les debe permitir el arrepentimiento«.

   El barbero tiene dos formas de salvarse: que lo suyo se considere una falta de fe y se arrepienta, como se explica en la cita, o que el testimonio del vecino no se tome en cuenta por no haber garantía de imparcialidad.

   En otras palabras, en caso de que uno «blasfemara» contra el Profeta (diciendo que era pedófilo, por ejemplo…) y no se arrepintiera -que no veo yo porqué habría que arrepentirse si uno está diciendo la verdad- estaría plenamente justificada la condena a muerte.

   Así es el Islam. ¿En verdad alguien cree que eso es una «Civilización Superior», la «Luz que Brilla sobre Occidente»? Creo que Occidente, por su historia, ha superado estos horrores; pero el stablishment relativista insiste en que todo está en un mismo plano. Triste, por decir lo menos.