Durante más de un año, las fuerzas estadounidenses en Iraq han detenido secretamente a docenas de supuestos agentes iraníes, reteniéndolos durante tres o cuatro días cada vez [y soltándolos a continuación]. La política de «pescar y soltar» fue diseñada para evitar aumentar las tensiones con Irán pero a la vez intimidar a sus emisarios. […]
«No había costes para los iraníes», dijo un funcionario de alto nivel. «Ellos perjudicaban nuestra misión en Iraq, y nosotros estábamos retrocediendo para no usar la fuerza.»
Tres funcionarios dijeron que se cree que unos 150 oficiales de inteligencia iraníes y mandos de la Guardia Revolucionaria iraní están activos dentro de Iraq en todo momento. No hay pruebas de que los iraníes hayan atacado directamente a tropas estadounidenses en Iraq, según manifestaron oficiales de inteligencia.
Pero, durante tres años, los iraníes han montado un programa de infiltración en Iraq, ofreciendo entrenamiento operativo, inteligencia y armamento a varias milicias chiítas conectadas al gobierno iraquí, a la insurgencia y a la violencia contra facciones sunitas. El general Michael V. Hayden, director de la CIA, dijo al senado recientemente que la cantidad de material de origen iraní usado contra tropas estadounidenses en Iraq «ha sido bastante chocante».
(ARTÍCULO COMPLETO. Vía Jihad Watch.)
Parece demasiado estúpido para ser cierto, pero lo es. Afortunadamente nos hemos enterado gracia a los medios, bien es cierto que demasiado tarde, porque la noticia de la que habla el artículo es la revocación (en buena hora) de esta política. Parece ser que la periodista del Washington Post se inclina por pensar que la cancelación de la política de «pescar y soltar» es una medida insensata que tensará innecesariamente las relaciones irano-americanas.
Así que el objetivo era no crispar pero a la vez «intimidar». Ya me estoy imaginando la cara del primer guardia revolucionario capturado en Iraq, esperando ser enviado a Guantánamo, o a Egipto para que lo interroguen con una batería de coche, y que ve sin embargo cómo le sueltan al par de días después de haberle dado tres comidas al día con postre. Pronto los militares iraníes en misión de terrorismo en Iraq se entregarían voluntariamente al ejército americano cada vez que quisieran un fin de semana de vacaciones.
La causa de este desatino es muy otra en realidad. El propio artículo nos informa de que es el gobierno iraquí el primero que ejercía presión para que los EEUU reconocieran inmunidad a los terroristas gubernamentales iraníes:
También ayudaba a impedir una crisis entre los EEUU y el gobierno iraquí acerca de si las tropas estadounidenses deberían detener iraníes, según dijeron varios funcionarios, y amortiguaba la posibilidad de que los iraníes atacaran directamente a personal estadounidense en represalia.
Como he dicho en ocasiones anteriores, la muy ingenua política americana en Iraq no está haciendo más que avanzar hacia la constitución de un estado títere de Irán. (Una realidad genialmente plasmada en esta tira de Cox and Forkum, divertida y sagaz en al menos media docena de niveles.) De hecho el gobierno iraquí ya es obediente a Irán y presiona eficazmente a los EEUU en su favor; ya sólo falta que las tropas americanas se vayan de una vez, con su misión suicida concluida, e Irán acabe de tomar el control.
Publicado en paralelo en DOCE DOCE.