Si jugáramos al tradicional pasatiempo de las siete diferencias y lo aplicásemos a la ultraderecha y la extrema izquierda tendríamos problemas en acabarlo. Más sencillo resulta encontrar las semejanzas, donde destaca especialmente su odio al capitalismo y a las sociedades libres, de las que son una muestra paradigmática Israel y Estados Unidos.
Por eso no resulta extraordinario encontrar en el sitio web de Alianza Nacional imágenes como ésta:
Según cuenta La Bella Aurora, esta imagen forma parte de una campaña organizada durante la pasada guerra del Líbano. Pese a que el conflicto bélico fue iniciado por los islamistas de Hezballah, los chicos de Alianza Nacional lo tienen claro: los culpables son los judíos (y de rebote los estadounidenses: el símbolo del dólar aparece insertado en la estrella de David). Como también recuerda La Bella Aurora, estos ultraderechistas emplean un lenguaje similar para condenar a Israel. No hay enlace directo, pero en el interior califican a Israel de «Estado artificial.. origen de todos los males de Oriente Próximo«.
Igualito que la extrema izquierda y buena parte de la izquierda. Tal vez Zapatero, si se apercibiera de esto, no se alarmaría tanto ante la extrema derecha. O tal vez sí, porque Alianza Nacional parece odiar con igual fervor a musulmanes e inmigrantes; en realidad rechazan a «toda aquella gente que no tenga nuestra sangre ni sea de nuestra raza».
Otros ultraderechistas con más pedigrí, como La Falange, mostraron sin embargo su admiración por el islamista presidente de Irán, como mostraba AMDG en un post en el que, entre otras cosas, recordaba la adhesión de la extrema derecha a las manifestaciones contra la guerra de Irak. Menudo batiburrillo de liberticidas.
Y es que hay cosas que nunca cambian.
Publicado en paralelo en El Blog de Manning.