Lo primero: quiero agradecer a Spanish Eowyn la oportunidad que me brinda por poder escribir aquí, en una de mis bitácoras favoritas como lector. Esta invitación es un honor para mí.
Más: todavía es mayor honor comenzar mi colaboración en Eurabian News hablando de Ayaan Hirsi Ali, mi heroína predilecta en el combate contra el islamofascismo.

Ayaan Hirsi Ali, víctima y a la vez gran enemiga del Islam, muestra mucho más valor que la gran mayoría de los residentes de la Unión Eurábica. En Noticias de Eurabia ya hemos hablado en alguna ocasión de esta valiente y bella mujer. Fue una de las voces más claras al proclamar la necesidad de publicar las viñetas sobre Mahoma.
Ahora, Ayaan ha presentado un libro de zoliano y sugerente título. Los chicos de Juventudes Liberales recogen la noticia:
La parlamentaria liberal holandesa de origen somalí, Ayaan Hirsi Ali, presentó hoy en Madrid su libro ‘Yo acuso’, en el que clama por que Occidente genere un Voltaire para el mundo musulmán, ‘una época ilustrada que acabe con una práctica del islám que subyuga a las mujeres y provoca terrorismo y violencia’, afirmó.
Publicado por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, el libro fue presentado hoy en el Patio de la Real Casa de Postas por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien recordó el coraje de esta mujer, amenazada de muerte por firmar el guión del filme ‘Submission Part 1’ a cuyo director, Teo van Gogh, le costó la vida.
Nacida en 1969 en Mogadiscio fue educada en la fe musulmana por una familia que, tras el golpe del dictador Siad Barre, se refugió primero en Arabia Saudí y luego en Etiopía y en Kenia.
Enviada a Alemania para forzarla a una boda con un primo lejano, Ali se rebeló contra su destino y decidió organizar su vida en Holanda, donde se licenció y entró en política con el partido laborista.
Los atentados de las torres gemelas la llevaron a abandonar su religión, explica en ‘Yo acuso’ -compilación de sus escritos y discursos-, donde también razona su cambio de partido político para unirse a los liberales (en 2003), apostando por la libertad frente al sometimiento que experimentó por razones de sexo y contra el yugo que sufren las musulmanas.
Y dice cosas tan políticamente incorrectas como éstas:
‘Cada vez que escucho a figuras como Blair o Bush que ‘el islám es una religión de paz’ siento un verdadero latigazo en mi piel’, dijo sobre unas palabras que juzga ‘sin fundamento’, cuando más de las 2/3 partes de los conflictos del mundo son acciones en nombre de la religión islámica y ¡que van contra los no-musulmanes!’, cuestionó.
O éstas:
‘Cuando ocurrió el 11-S, yo era lo suficientemente realista para darme cuenta de que Occidente respondería militarmente, y como mujer comprendí que el islám era mi pasado y occidente mi futuro’, indicó haciendo un llamamiento al mundo musulmán ‘para que reflexione sobre la violencia que genera su religión’.
La noticia completa, en el blog de Juventudes Liberales, quienes, por cierto, organizaron el rally en Madrid en apoyo a Dinamarca y por la libertad de expresión.
Alicia Delibes escribe sobre la visita de Hirsi Ali a Madrid, que confronta con el multicultural y muy chachi viaje (además de oneroso para el contribuyente) de Fernández de la Vega, Leire Pajín y otras concienciadas mujeres a Mozambique:
La frívola felicidad que se refleja en los rostros de nuestras políticas, que, ataviadas con unos deliciosos delantalitos étnicos, han posado para la prensa, tiene algo de escandalizador si se compara con la seriedad con la que Ayaan Hirsi Ali denuncia en su libro la tremenda situación de las mujeres musulmanas, no sólo en sus países de origen, sino también en nuestros ricos, democráticos y libres países de acogida.
Ayaan Hirsi Ali, que sabe bien lo que significa carecer de los derechos básicos, que sabe bien lo que supone que una niña nazca en el seno de una familia musulmana, donde jamás se le dará la oportunidad de pensar por sí misma y de decidir lo que quiere hacer en la vida, deplora la actitud de tanto político occidental que jalea el multiculturalismo sin saber ni siquiera lo que hace.
Y sigue Alicia Delibes disparando contra la estupidez de una izquierda que ha hecho del relativismo cultural más ágrafo su bandera. Un relativismo que -en palabras de la propia Hirsi Ali- desemboca en el racismo:
Ayaan critica a toda esa izquierda que, en nombre del relativismo cultural, se niega a censurar los hábitos y costumbres ancestrales de ciertas culturas no occidentales, porque con ello, dice, lo que hace es mantener la situación de atraso y de desigualdad que en ellas se vive. «Detrás de todo ello –escribe Hirsi Ali–, están las intenciones más dispares, pero ya sabemos que el infierno está pavimentado de los mejores propósitos. Se trata de racismo en su acepción más pura«.
Alicia Delibes concluye su artículo con las peticiones de Hirsi Ali a los madrileños:
Ayaan viene a pedir a los madrileños lo que en su libro ruega a todos los occidentales: que la escuchen, que la dejen hablar a ella y a los pocos disidentes del Islam que están dispuestos a criticar públicamente la religión de Mahoma. Y viene a pedir también que defendamos con convicción aquello por lo que los islamistas odian a Occidente: la libertad del individuo, ya sea hombre o mujer, para decidir sobre su propia vida y para expresar públicamente sus opiniones.
Ayaan, que vive rodeada de guardaespaldas y que ha decidido dedicar el resto de sus días a luchar por la emancipación de la mujer musulmana, piensa que no es pedir mucho pero a mí me parece que, dada la pasividad general de nuestra sociedad y el escaso entusiasmo que en nuestros conciudadanos despierta el deseo de libertad, lo que pide Ayaan, tristemente, es demasiado.
Lo has clavado, Alicia. Es pedir demasiado. Por desgracia, estamos en Eurabia.
(Leer el artículo completo: Hirsi Ali, una feminista de verdad)